Enfermedades ambientales y el deterioro en la salud de la población

Ciudad de México, México  

Todo el planeta sufre algún padecimiento

 

Dentro de las actividades del Día Mundial de la Salud, este año se pretende garantizar que todas las personas, en cualquier lugar puedan tener acceso a los servicios de salud sin pasar apuro alguno. Por ello, deberá contemplarse en la salud pública y ambiental de nuestro país, tomando en consideración la relación con nuestros ecosistemas y su propio deterioro.

La carga total de enfermedad en México es atribuida a cuestiones ambientales en un 25 por ciento de la población general y 35 por ciento de los infantes (Scielo México 2018).Dichos datos corresponden de manera directa al impacto de pérdidas mortales y no mortales de las enfermedades y los accidentes en las personas.

Respecto a la salud pública, desde finales de los años 80, la división de salud ambiental se ha dedicado a evaluar riesgos y daños a la salud producto de la degradación y contaminación ambiental, proponer y diseñar programas para su reducción. Consecuentemente, lo relacionado con la epidemiología y toxicología ambiental, es decir, falta de condiciones sanitarias, contaminación del aire, químicos persistentes y plastificantes, son algunos de los problemas con mayor atención debido al valor intrínseco respecto a vida de nuestra población.

En particular la contaminación intramuros, relacionada con 28 millones de habitantes en México, derivada de la quema de combustibles sólidos, en específico la leña con el fin de generar energía doméstica, a la cual se le atribuyen los más altos niveles de contaminación del aire, resulta en segundo lugar de riesgo medioambiental más importante con respecto a la salud humana, dejando más de veinte mil muertes anuales, según datos del INEGI. En contraparte, en cuanto a su correcto uso, puede aportar beneficios sociales y ambientales.

Por tal motivo y a fin de contrarrestar dichos efectos en la salud de la población, distintas instancias gubernamentales y no gubernamentales trabajan en conjunto en la sensibilización de las comunidades dentro de las áreas rurales, al diseñar y promover técnicas amables con el ambiente, aplicables a las necesidades locales, dando lugar a la capacitación a los usuarios y técnicos.

Tal es el caso de las estufas ahorradoras de leña como la "Lorena" hecha a base de lodo y arena, o la "Patsari", la cual surge de un proceso tecnológico y de innovación por parte de instancias académicas, gubernamentales y civiles. El nombre de esta estufa de origen purépecha, se traduce en "la que guarda calor", permite proteger la salud de los usuarios y mejorar las condiciones de aprovechamiento de los bosques.

El deterioro de los ecosistemas y su aceleración, el agotamiento de los mantos freáticos, la incapacidad de los bosques para evitar inundaciones, la pérdida de suelos y de la capa forestal, así como el crecimiento acelerado de las ciudades, afectan seriamente a la salud en general. Por tal motivo, ha sido necesario invertir hasta el 1% del PIB en cuestiones relacionadas a la protección ambiental.

A fin de disminuir costos, hacer uso sustentable del capital natural y mejorar las condiciones de salud, es necesario generar mayores y mejores esquemas de participación por parte de todos los sectores, ya que en temas de salud la responsabilidad es compartida hacia la construcción de una sociedad justa, pacífica y sostenible.

 

OMSSaludEcosistemas

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