Obrador y Trump, la moneda en el aire
El futuro de la relación bilateral
La relación entre Andrés Manuel López Obrador y Donald Trumpes una moneda en el aire y, a partir de la toma de posesión del tabasqueño el 1 de diciembre de 2018, posiblemente significará la estructuraciónde una serie de políticas y acuerdos cuyo impacto moldeará el panorama social de Méxicoy Estados Unidos. Sobretodo, en materia comercial y migratoria.
El presidente estadounidense ha mantenido, con algunos matices, el mismo discurso desde que estaba inmerso en el proceso de campaña electoral. Dicho discurso ha girado en torno a dos parámetros principales: el aislacionismo y el proteccionismo. Las implicaciones derivadas de la postura de Donald Trump han degenerado en una inflexión en acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN) y lo estipulado en laOrganización del Tratado del Atlántico Norte(OTAN). En ambos casos, el denominador común es la exigencia por parte deEstados Unidosde cambios puntuales a los consensos.
Del mismo modo, Trump, de manera recurrente, circula por una órbita de racismo y segregación apelando a los más íntimos y otrora sutiles sentimientos de un gran número de estadounidenses. La latente propuesta de levantar un muro fronterizocon México, las políticas antimigratorias que resultan en la separación de familias latinas en Estados Unidosy sus constantes desatinos con países de Medio Oriente son algunos de los focos rojos de su administración.
Por su parte, López Obradoroptó, al menos hasta ser nombrado presidente, por la vía del intercambio de opiniones y la generación de pactos con miras en el bienestar y la convivencia entre las dos naciones. Es preciso mencionar que Trumpy AMLO, por ahora, sostienen su relación de una manera un tanto cuidadosa. Ambos mandatarios se han elogiado mutuamente e incluso han enfatizado que el hecho de poner a los ciudadanos al centro de sus proyectos y enfrentar la adversidad con éxito los caracteriza.
Sin embargo, durante la inauguración en Ciudad Juárezde los Foros para la Pacificación Nacional, Obrador, junto con Olga Sánchez Corderoy Alfonso Romo, próximos secretarios de GobernaciónySeguridad Públicarespectivamente, refirió que, independientemente de las diferencias con gobiernos extranjeros o las intenciones de grupos de intereses creados, todo lo que le convenga al pueblo de México se va a llevar a la práctica.
Ahora bien, hasta el momento, el mandatario norteamericano, en cuanto a la situación con México, había tratado con el todavía presidente en funciones, Enrique Peña Nieto, y su respectivo equipo para temas comerciales y migratorios. El detalle aquí es que Peña Nietoes una figura política con un enorme índice de desaprobación social. Algunos de los motivos de esto son escándalos de corrupción, como con el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, convulsiones nacionales, como lo sucedido con los 43 de Ayotzinapay la poca estabilidad económica del país. Sin mencionar los serios problemas relativos a seguridad.
Factores como los mencionados han contribuido, de manera directa, al estrechamiento del capital políticode Peña, posicionandolo como un personaje débil y sin tanto margen de acción, escenario que ha convenido a su homólogo estadounidense. En contarse, Andrés Manuelasumirá el máximo cargo de la República Mexicana arropado por el voto de más de 30 millones de mexicanosy una influencia casi total en los distintos estados del país y ambas cámaras del Congreso (será el presidente más votado en la historia de México).
Esta atmósfera es totalmente ajena a lo experimentado por Trumpa lo largo del año y medio que lleva al frente de Estados Unidos. Él mismo ha hecho énfasis en el gran apoyo por parte del pueblo mexicanoy del poder legislativoa Obrador dado que eso, se sobre entiende, le dará al nuevo mandatario mexicano, a diferencia de Peña Nieto, un área de decisión y acción mucho muy amplia, sólida, prominente y determinante.
AMLODonald TrumpPolítica