EE. UU. envía dos naves a la Luna en busca de agua para futuras misiones
El módulo de aterrizaje Athena y el orbitador Lunar Trailblazer analizarán el hielo lunar en el polo sur
Dos naves espaciales estadounidenses despegaron el jueves 27 de febrero desde Cabo Cañaveral, Florida, con el objetivo de localizar y analizar agua en el polo sur de la Luna. La misión, clave para la exploración espacial a largo plazo, incluye el módulo de aterrizaje Athena, de la empresa Intuitive Machines, y el orbitador Lunar Trailblazer, de la NASA. Ambos transportan instrumentos avanzados diseñados para estudiar la presencia de hielo en la superficie lunar.
El módulo Athena busca aterrizar en una región inexplorada del polo sur lunar, llevando a bordo un taladro especializado, TRIDENT, que perforará el suelo hasta un metro de profundidad en busca de agua. Paralelamente, el orbitador Lunar Trailblazer mapeará con alta resolución las reservas de agua en la Luna, proporcionando datos fundamentales para futuras misiones tripuladas.
Athena, cuya llegada a la Luna está prevista para el 6 de marzo, transporta tecnología de vanguardia para la extracción y análisis de muestras. Entre sus instrumentos destaca un espectrómetro de masas, que identificará la presencia de agua y otros compuestos volátiles en el regolito lunar. Según Jackie Quinn, directora del proyecto en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, estos datos permitirán comprender mejor cómo se comportan los suelos lunares.
La misión también incluye una innovadora tolva robótica llamada Grace, diseñada para desplazarse sobre la superficie y descender en cráteres oscuros, donde se sospecha que existen depósitos de hielo. En caso de éxito, sería la primera máquina en explorar directamente un cráter polar lunar.
Mientras Athena perfora el suelo, el orbitador Lunar Trailblazer recopilará información sobre la distribución del agua en la Luna. Se espera que alcance su órbita final en agosto, tras meses de recolección de datos. La científica Bethany Ehlmann, del Instituto Tecnológico de California y líder del proyecto, destacó la importancia de esta misión: "Mi esperanza es que nuestra misión nos indique el camino hacia los lugares más interesantes de la Luna". El mapeo detallado de Lunar Trailblazer será crucial para futuras misiones tripuladas, ya que permitirá identificar sitios estratégicos donde la NASA podría establecer bases permanentes.
Aterrizar en la Luna sigue siendo un reto. En 2024, la primera nave de Intuitive Machines volcó tras tocar la superficie. Para evitar fallos similares, la empresa ha mejorado los sensores de altitud de Athena y actualizado los cables del altímetro láser, cuya falla fue una de las causas del accidente anterior.
Además de Athena y Lunar Trailblazer, otras dos misiones comerciales están en camino a la Luna. Una nave de la empresa japonesa ispace y otra de Firefly Aerospace, con sede en Texas, despegaron en enero. Se espera que la nave de Firefly Aerospace aterrice el 2 de marzo cerca del ecuador lunar, aunque en esa zona no se anticipan grandes reservas de agua.
Desde que en 2009 los científicos confirmaron la presencia de agua en la Luna, la exploración lunar ha avanzado significativamente. Sin embargo, aún quedan muchas incógnitas por resolver. Como señaló Parvathy Prem, científica del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins: "Las dos nuevas naves espaciales están buscando piezas realmente importantes de ese rompecabezas".
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