Certificación LEED: entre el beneficio ambiental y los retos de inversión
Desarrolladores evalúan costos y ventajas de la certificación en América Latina
La certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), un estándar global para edificaciones sostenibles, ha generado debate entre inversionistas y desarrolladores. Si bien se promociona como una herramienta clave para mejorar el desempeño ambiental y reducir costos operativos, su proceso de certificación implica costos adicionales y estrictos requisitos que no siempre se traducen en beneficios inmediatos.
Jeff Benavides, director de rendimiento a escala y carteras de U.S. Green Building Council (USGBC), explicó en entrevista con NotiPress que los costos de registro y cumplimiento de LEED pueden generar dudas en el sector. "Las certificaciones y los planes que debes implementar van a costar", afirmó durante su participación en Ciudad de México. No obstante, subrayó que un edificio eficiente no necesariamente debe costar más en su construcción, sino que el valor agregado proviene de su mejor desempeño ambiental y sustentabilidad.
En mercados como el de Ciudad de México, donde la escasez de agua y el alto consumo energético afectan las autorizaciones de construcción, la certificación LEED podría ser una ventaja estratégica. Sin embargo, Benavides advierte que estos beneficios dependen de incentivos locales, como descuentos fiscales o subsidios, que varían según la región.
Uno de los sectores donde LEED enfrenta mayores desafíos es el hotelero. Según Benavides, los propietarios de hoteles a menudo consideran inviable la inversión en certificaciones, dado que estos activos suelen cambiar de dueño en pocos años. Por el contrario, oficinas, centros comerciales y universidades han adoptado con mayor éxito la certificación, gracias a su potencial para reducir costos operativos y mejorar la imagen corporativa.
El retorno de inversión en edificios certificados depende del nivel de eficiencia alcanzado. Un inmueble que reduzca su consumo energético en un 10% podría recuperar la inversión en tres años, aunque otros beneficios, como la resiliencia ante desastres naturales y la adaptación al cambio climático, tienen un impacto a largo plazo.
Las políticas gubernamentales también juegan un papel clave. Mientras que la administración de Donald Trump redujo regulaciones ambientales en Estados Unidos, generando incertidumbre en el sector, Benavides destacó que grandes portafolios inmobiliarios siguen priorizando la sostenibilidad ante la presión de inversionistas y regulaciones futuras.
En América Latina, Ciudad de México, Bogotá y Buenos Aires han promovido la construcción de edificios inteligentes con certificación LEED, mientras que en Estados Unidos, Silicon Valley y Nueva York destacan por su innovación en eficiencia energética y almacenamiento de energía.
Para los desarrolladores que dudan sobre la viabilidad de LEED, Benavides recomienda una implementación gradual, enfocándose en un área específica como la eficiencia hídrica o el financiamiento sostenible antes de abarcar toda la certificación. "No tienes que hacerlo todo de una vez. Comienza con un aspecto y crece desde ahí", concluyó.
De esta manera, LEED se posiciona no solo como un estándar ambiental, sino como una inversión estratégica, cuyo éxito depende de incentivos locales, financiamiento verde y la visión a largo plazo de cada proyecto inmobiliario.
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