La habilidad de ceder para negociar
Cuando se es flexible, todos ganan
Existe una creencia humana sobre tener la razón en todo. Ganar en consideración sólo del punto de vista propio, al mantener largas conversaciones donde prevalece el monólogo que lo defiende. Se gana más cuando se cede. Donde el otro también recibe una recompensa y nadie pierde.
Negociar no sólo se traslada a los términos comerciales, también influye en las relaciones interpersonales en sí. Por ejemplo, generar acuerdos con los hijos, una noche de cine en casa, si limpian su cuarto o con la esposa, un domingo en el que los amigos irán a casa a ver el partido de fútbol, si el marido limpia todo al terminar dicha reunión. Se negocia, se cede y todos ganan.
El ego es quizá el bloqueo central de cada persona. Aquél que cierra lo ojos y oídos de una conversación en donde se busca llegar a un acuerdo y que se termine en paz y tranquilidad con ambas partes satisfechas. Esa paz llega cuando se cede, antes de "atacar" para intentar ganar por encima de todo.
Una sola virtud se necesita para negociar: flexibilidad. "Si se es flexible, siempre habrá trato con el núcleo familiar, la pareja, los empleadores o los clientes de su propio negocio", opinó Andrés Báez, experto asesor en negociación deac novus, quien piensa que ceder no es perder, es ganar.
Un ejemplo claro es cómo sería negociar un aumento en el sueldo, un trabajador tendrá mejores resultados si cede un poco de su tiempo para hacer otra pequeña contribución a la empresa. "Jefe, necesito percibir un mejor sueldo. Podría llegar a las ocho de la mañana a la oficina y hacer el calendario de actividades del día". ¿Qué tal? Suena equitativo, ¿verdad?
O en un divorcio, donde lamentablemente hay conflicto de intereses por los bienes comunes. Ahí se recomienda ceder y aceptar dividir para que cada quien reciba lo justo y evite enfrentamientos tóxicos. Al final de cuentas, es improbable que alguno se quede con el cien por ciento.
Conversar, negociar, llegar a un acuerdo. Dentro de una sociedad que busca la igualdad, lo verdaderamente importante es aportar algo de sí mismo que baje la guardia; ceder. Esta habilidad enmarca un gran resultado: ganar.
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