Groenlandia exportará agua de glaciares en un ambicioso proyecto comercial

Ciudad de México  

My Press (composición)

Groenlandia busca exportar agua de sus glaciares para combatir la escasez mundial

 

Un nuevo y ambicioso proyecto busca aprovechar el agua de los glaciares de Groenlandia para exportarla a regiones del mundo con escasez de agua dulce. La iniciativa, presentada por la startupArctic Water Bank, fue aprobada por el Gobierno de Groenlandia y pretende recoger el agua del deshielo glaciar, un recurso que se estima constituye el 6.5% del agua dulce del mundo, según un estudio de Oxford University Press. Cada año, alrededor de 350 billones de litros de esta agua se pierden en el océano, y el proyecto busca darle un uso comercial a este recurso natural.

La empresa planea construir una presa en el sur de Groenlandia para captar el agua y transportarla a nivel internacionalen buques de transporte a granel. Samir Ben Tabib, cofundador y jefe de relaciones internacionales de Arctic Water Bank, destacó la pureza del agua de Groenlandia, describiéndola como "una de las aguas más limpias del mundo" y añadió que el proyecto no solo ayudará a satisfacer la demanda de agua dulce, sino que también generará ingresos y empleo para Groenlandia. "Se trata de nuevas fuentes de ingresos para el tesoro nacional, y del desarrollo de empresas locales y la consecuente creación de puestos de trabajo", afirmó Tabib.

El costo inicial de la presa se estima en 100 millones de dólares, un reto que la startup ve factible de superar. Sin embargo, la logística del transporte de agua dulce plantea desafíos adicionales. Los puertos de destino deberán estar equipados con sistemas para bombear el agua y almacenarla de manera higiénica, lo que implica mayores inversiones.

Además de los desafíos técnicos, también se ha cuestionado el impacto ambiental del proyecto. El transporte marítimo de agua dulce podría aumentar las emisiones de carbono, aunque Ben Tabib asegura que la presa será neutra en carbono, ya que también funcionará como una central hidroeléctrica. Parte de esta energía se utilizará para generar hidrógeno verde, reduciendo aún más las emisiones del proyecto.

Sin embargo, el proyecto enfrenta críticas por el dilema ético que plantea. Exportar agua de glaciares en retroceso hacia países que han contribuido al cambio climático pone en tela de juicio la justicia ambiental. Aunque faltan análisis exhaustivos sobre el impacto total del plan, los defensores del proyecto subrayan los beneficios económicos para Groenlandia y la promesa de un suministro sostenible de agua limpia para las naciones más afectadas por la escasez de este recurso vital.

 

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