La importancia de tu correo electrónico para la nueva banca digital

La reducción de tiempos y trámites necesarios para acceder a un crédito o iniciar una cuenta de ahorro son beneficios para el cliente

Se tiene registro de 12 millones de mexicanos internautas bancarizados y, de ellos, alrededor de 75% consulta sus saldos a través de la banca electrónica, mientras 50% realiza transferencias. Las empresas tecnofinancieras o fintechs han traído innovaciones como préstamos P2P, personalización de servicios financieros, pagos móviles y criptomonedas; aunque probablemente uno de los cambios mejor recibidos es la reducción de tiempos y trámites necesarios para acceder a un crédito o iniciar una cuenta de ahorro, por ejemplo. En este contexto, ¿conoces la importancia de tu correo electrónico para la nueva banca digital?

Luis Sánchez, gerente general en México y América Central para Emailage explica que la identidad digital de las personas está al alcance de los bancos a través del correo electrónico proporcionado por los solicitantes durante los trámites. Gracias a las indagaciones hechas en torno a dichas direcciones electrónicas, los banqueros pueden saber si el cliente potencial se ha visto involucrado en ciberfraudes, si tiene deudas con algún comercio electrónico, entre otros aspectos. Así, no solo ahorran tiempo y trámites al usuario, sino que además se pone a disposición de las instituciones bancarias datos no disponibles en los burós de crédito.

Las bancas deben garantizar la conexión emocional con los clientes, sin olvidar la experiencia digital, recuerda Raul Jaime Maestre, director del posgrado en Blockchain y Fintech de la Escuela de Negocios IEBS Business School; en este sentido, reducir tiempos y trámites gracias al aprovechamiento de los correos electrónicos en la nueva banca digital es una acción clave.

Tal innovación, consistente en sacar provecho de los datos disponibles en torno al correo electrónico de un cliente, es una tendencia tecnológica que, asegura Sánchez, se suma a la macrotendencia global que apuesta por diseñar y aplicar estrategias digitales orientadas a garantizar buenas experiencias de usuario entre la clientela, así como centrar las operaciones y procesos en la satisfacción del cliente. Ahora bien, ¿cómo lograr esa conexión en México, donde 42% de los internautas no usan la banca digital porque prefieren la atención presencial o temen por la seguridad de sus datos?

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (Comisión Nacional Bancaria y de Valores e Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2018), el número de adultos con servicios de banca móvil aumentó de 2012 a 2018: de 196 mil a 1 millón en áreas rurales; de 1.2 millones a 7.4 millones en zonas urbanas. Contribuir a la bancarización de los mexicanos sigue siendo el área de oportunidad para las bancas, digital y tradicional: la cantidad de mexicanos con acceso a Internet dobla el número de cuentahabientes con tarjeta de débito.

En Latinoamérica, México es el ecosistemafintech más favorable al desarrollo de compañías y servicios tecnofinancieros: es el país con mayor inversión extranjera (principalmente de Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Brasil) desde 2016, 17% de sus 334 fintechs operan internacionalmente (46 en América, 6 en Europa y 2 en Asia), indican datos publicados en México: nación fintech. Nuevos negocios y ecosistemas en el sector financiero mexicano (BancoMext y ProMéxico, 2018).

¿Realmente saben los mexicanos de lo que se pierden al no sumarse de manera activa la nueva banca digital? Olvidarse de las filas y los largos trámites gracias al proporcionar su correo electrónico suena tentador, pero ¿y la ciberseguridad? La evolución de pasar de los tradicionales servicios en sucursal a las bancas digitales, incorporó asimismo innovaciones como la identificación biométrica; estos vertiginosos avances tecnológicos a veces dejan atrás las legislaciones de protección a los usuarios y supervisión de las autoridades, expilca Octavio Avendaño Carbellido, doctor en leyes con especialidad en sistemas financieros.

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