La polarización social de AMLO
El INE contra el virtual presidente electo
Pareciera que lapolarización es un elemento inherente a losperiodos electorales que, en el caso de México, ocurren cada seis años. Sin embargo, estafragmentación de la población mexicana en campos sociales, políticos y económicos, por mencionar algunos, está siempre presente.
Debido a este contexto, laproliferación de discursos de choque y conflicto encuentra un escenario óptimo para expandirse y tener un consecuente éxito. Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo de México, es un flagrante ejemplo de este argumento. Ahora bien, no hallo oportuno comenzar con la sobreexplotada tesis del populismo, dado que, en cierta manera, todas las locuciones políticas, en su afán por buscar el favor de un determinado grupo de personas, van cargadas con unabuena dosis populista.
El peso de las palabras, por otro lado, es unfactor de análisis mucho más profundo e interesante. Sobre todo, si hablamos de aquellas palabras provenientes de un solo individuo, como AMLO, mismas que ven fraguado su impacto, relevancia y credibilidada raíz de los sobresalientes índices de aprobación del político tabasqueño.
La multa de 197 millones de pesos impuesta por la Comisión de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral(INE) aMovimiento Regeneración Nacional debido a malversación de recursos provenientes del fideicomiso "Por los demás", fue el tema medular de la arena mediática durante un periodo de tiempo bastante corto. Este protagonismo se vio inmediatamente disuelto al instante que Andrés Manuel señaló que la sanción se trataba de una "venganza"por parte del INEy un mecanismo para ensuciar laimagen de Morena. En este momento, el titular de la nota dejó de ser la multa y pasó a ser la confrontación entreAMLO y el organismo electoral.
Ante este panorama de contrariedades se presentan dos elementos fundamentales. Por un lado, estála investigación del comité fiscal que arroja una serie de irregularidades y faltas al marco legal electoralal señalar una financiación paralela al partido del virtual presidente electo y, por otra parte, está el sentimiento generalizado queLópez Obradorconvoca al hacer mención de algo. En este caso, al calificar la resolución del INEcomo un ataque hacia su partido, AMLO quita, por medio de la influencia socialde sus palabras, autoridad al organismo y lo coloca bajo señalamientos de ser faccioso, arbitrario y contrario a un ideal humanitario.
Grandes grupos de personas, en respuesta a esto, comienzan a fijar posturas, usualmente inamovibles, para defender sus respectivos puntos de vista en cuanto a la tensión entre Andrés Manuel y el INE. Y, por consiguiente, el carácter defragmentación y polarizaciónde México se hace, como fue durante el periodo de campañas, considerablemente notorio.
¿Realmente es necesario para Obrador instalar este tipo de confabulaciones ante el pueblo mexicano, politizando cuestiones legales y procesos jurídicos? El líder de Morena goza de un nivel de consentimiento social sin precedentes y tendrá un poder histórico durante su administración. Incluso, hay quienes argumentan que da la impresión de que el gobierno de AMLO ya comenzó. Esto, evidentemente, significaría hablar de un posible vacío político en lo referido al contraste entre la dirección de Enrique Peña Nieto y la atención recibida por Andrés Manuel.
Obradorenfatizó que su intención y la de su partido es impugnar la decisión del INE ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Esto ha provocado unaconvulsión políticaque, analizada desde una perspectiva imparcial, pudo ser evitada.
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