Repudio británico a Trump
El pueblo británico enardecido por la visita de Trump
Tras la turbulencia que Donald Trump provocó en el último encuentro internacional de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el mandatario se trasladó a la capital inglesa, Londres, en donde fue recibido por un pueblo británico enardecido y con un gran número de protestas que demostraban repudio a la visita del presidente estadounidense.
Con numerosas pancartas inundando las principales vialidades de Londres, como Oxford y la emblemática Piccadilly Circus, en las que se leen frases hacia el presidente de los Estados Unidos marcándolo como el racista número uno del mundo y un agresor directo a los derechos humanos, el ambiente que se construyó en la capital británica desde las vísperas de la llegada de Trump es de suma tensión.
Uno de los principales argumentos que los expositores de esta manifestación sostienen es el siguiente: aunque se debe tener siempre por lo más alto el respeto hacia la oficina y la figura presidencial de un país aliado, la línea de tolerancia y aceptación se desvanece en cuanto una persona atenta contra la integridad de los habitantes de otras naciones y ocupa dicho puesto.
Del mismo modo, los manifestantes londinenses han hecho alusión a las polémicas políticas trumpistas en contra de los palestinos y los latinoamericanos. "Islamofobia", "embajador del odio", "tirano ", son algunas de las expresiones más presentes. Incluso, debido a la alta tensión en la ciudad europea, la embajada estadounidense emitió un comunicado a los residentes norteamericanos solicitándoles permanezcan con un perfil bajo.
El mandatario, con una agenda que prevé su estancia por cuatro días en dicha ciudad, se mostró inconforme con las muestras de desaprobación en su contra. Durante un comunicado a la prensa norteamericana en las inmediaciones de la Casa Blanca antes de partir, Trump calificó la situación en el Reino Unido como un desastre y que necesitaba atender el asunto lo más pronto posible.
Aunque Donald Trump programó gran parte de su visita en ciudades contiguas a la capital inglesa, como Oxfordshire, las protestas son latentes en diferentes puntos del país y no dan señales de tregua.
Los ingleses también han demostrado su molestia ante la posición aparentemente pasiva de la Primer Ministro Theresa May. El reclamo consiste en exigir a la ministro descartar por completo las exigencias de Trump en los temas del Brexit y la autonomía pretendida por el pueblo británico.
Simultáneamente, el presidente de Estados Unidos, después de reunirse con May, priorizó que la dirigente tenía debía respetar lo estipulado originalmente en el decreto de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, ya que, según él, se están incumpliendo una serie de puntos en materia económica. Mientras, en las calles se expresa el repudio británico a Trump.
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