La actividad física como tratamiento alternativo contra la depresión posparto

Ejercicio posparto ayuda a reducir síntomas depresivos hasta en un 45%, señalan investigadores

Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine reveló que la actividad física de intensidad moderada puede ser una estrategia efectiva para combatir la depresión posparto. De acuerdo con los investigadores, realizar al menos 80 minutos de ejercicio semanal, como caminatas rápidas, aeróbicos acuáticos, bicicleta fija o entrenamiento de resistencia, puede reducir significativamente los síntomas de la depresión en mujeres que dieron a luz.

La depresión posparto y la ansiedad son afecciones comunes entre las madres después del parto, impactando tanto la salud física y mental de la madre como el vínculo y cuidado del recién nacido, lo quea su vez afecta el desarrollo cognitivo, emocional y social del bebé. Para mitigar estos efectos, muchas madres recurren a medicamentos o terapia psicológica, aunque estos enfoques pueden presentar limitaciones como efectos secundarios, adherencia reducida o falta de acceso rápido.

Para este estudio, los investigadores analizaron 35 estudios internacionales sobre el tema, que incluyeron la participación de 4,072 mujeres de 14 países. Las intervenciones variaban de 1 a 5 días de ejercicio semanal, con sesiones de entre 15 y 90 minutos que combinaban ejercicios aeróbicos, de resistencia, estiramientos, yoga y otros. Los resultados mostraron una disminución de los síntomas depresivos y ansiosos en las madres participantes, y una reducción del 45% en el riesgo de desarrollar depresión posparto grave.

Además, los investigadores observaron que iniciar actividad física antes de las 12 semanas posparto se asocia con una mayor reducción de los síntomas de depresión. La efectividad del tratamiento aumentaba proporcionalmente al volumen de ejercicio, aunque 80 minutos semanales de actividad moderada fueron suficientes para alcanzar una mejora notable.

Los hallazgos sugieren que el ejercicio puede convertirse en una alternativa accesible y segura a los tratamientos convencionales, promoviendo así una mejor salud mental posparto. Los investigadores esperan que estos datos motiven la creación de programas y políticas para apoyar a las madres en su recuperación emocional tras el parto.

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