El legado de la pandemia: la ciencia reactiva en riesgo por falta de financiamiento
La reducción de recursos y apoyo político amenaza la capacidad de respuesta ante futuras pandemias
La pandemia de COVID-19 transformó la forma en que se hace ciencia, con una comunidad científica global operando a un ritmo sin precedentes para desarrollar vacunas, terapias avanzadas y estrategias de vigilancia epidemiológica. Sin embargo, ahora que la fase de emergencia pasó, expertos advierten que la falta de financiamiento y apoyo político podría poner en riesgo estos avances.
Desde 2020, la ciencia adoptó un modelo reactivo en el que los laboratorios trabajaron incansablemente para caracterizar variantes emergentes del SARS-CoV-2 y generar datos en tiempo récord. Según el virólogo Kei Sato, de la Universidad de Tokio, este enfoque permitió rastrear la evolución del virus en tiempo real y anticipar cambios en su transmisión y evasión inmune. Investigadores como Jesse Bloom, del Fred Hutchinson Cancer Center, consideran que este modelo convirtió la biología evolutiva en una ciencia aplicada con impacto directo en la salud pública.
No obstante, este esfuerzo tuvo un costo elevado. Científicos como Tom Peacock, del Instituto Pirbright en el Reino Unido, describen este proceso como "desgastante", ya que la presión por obtener datos convirtió a los investigadores en "líneas de producción" en lugar de unidades tradicionales de investigación. Con la disminución de la crisis, los recursos destinados a la vigilancia genómica también se redujeron drásticamente. En 2024, menos de 700,000 secuencias virales fueron agregadas a la base de datos GISAID, una cifra muy inferior a la registrada en los primeros años de la pandemia.
Emma Hodcroft, delInstituto Suizo de Salud Pública y Tropical, advierte que sin una infraestructura de vigilancia estable, la humanidad podría no estar preparada para la próxima pandemia. Además, factores políticos han obstaculizado la implementación de una red global de monitoreo de patógenos. Edward Holmes, virólogo experto en evolución viral, señala que la oportunidad de establecer un sistema internacional de vigilancia se vio frustrada por disputas políticas, dejando al mundo en una posición de vulnerabilidad similar a la de antes de 2020.
Si bien la pandemia de COVID-19 demostró la efectividad de la ciencia reactiva, el desinterés político y la reducción de fondos ponen en peligro la capacidad global para enfrentar futuras amenazas sanitarias. Ante este panorama, los especialistas insisten en la necesidad de establecer mecanismos de vigilancia sostenibles que permitan una respuesta rápida y efectiva ante nuevas enfermedades emergentes.
Covid-19EnfermedadesCiencia