Cuál es el verdadero impacto del consumo de carne en el calentamiento global

Ciudad de México  

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Se ha descubierto que la producción orgánica de carne emite la misma cantidad de gases de efecto invernadero que la producción convencional

 

Conforme aumenta la temperatura del planeta a causa del calentamiento global, los investigadores continúan esforzándose para comprender los mecanismos que causan este fenómeno. Ante la perspectiva de un catastrófico aumento del nivel del mar, de 38 centímetros para 2100, la urgencia de estas investigaciones es notable. Como parte de este esfuerzo, los investigadores indagan respecto al impacto real de la ganadería y el consumo de carne en las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas son algunas de sus conclusiones más recientes.

Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich, de la Universidad de Greifswald y de la Universidad de Augsburgo realizaron un estudio sobre los gases de efecto invernadero relacionados con la producción de comida. Según su artículo publicado en la revista Nature Communications, encontraron que el proceso de producción de carne orgánica genera aproximadamente la misma cantidad de gases en comparación con el proceso convencional.

Para su estudio publicado el 15 de diciembre de 2020, los investigadores tomaron en cuenta las emisiones de las distintas etapas de producción. Por ejemplo, aquellas emitidas durante el cultivo y procesamiento de alimentos y fertilizantes, así como el metano proveniente de los animales y su estiércol. Según sus hallazgos, la similitud en la cantidad de emisiones se debe a que en los animales cultivados orgánicamente existe un mecanismo de compensación de las emisiones.

Es decir, si bien se disminuyen las emisiones al no utilizarse fertilizante para producir alimento, estas se compensan con un aumento en la liberación de metano a causa de las tasas de crecimiento más lentas. También debido a la necesidad de criar más ganado, por la tendencia, de los animales alimentados orgánicamente, a producir menos carne.

Los investigadores concluyen en la necesidad de aplicar impuestos a la carne para compensar el costo ambiental de su producción. Un impuesto de este tipo, calcula, aumentaría el precio de la carne convencional en un 40%. En la carne orgánica el aumento de precio sería de un 25%, considerando que ya es más cara en comparación con la carne regular.

No obstante, aunque a menudo se menciona el dejar de consumir carne como una solución al calentamiento global, algunos investigadores opinan que esta podría no ser una solución universal. Según un estudio publicado en Environmental Research Letters, la recomendación de eliminar o disminuir el consumo de carne para combatir el cambio climático tiene un sesgo hacia los países occidentales industrializados.

Esta recomendación, señalan, pasa por alto el papel crítico pero más positivo de la ganadería en los ecosistemas. También su función en la economía y otras cuestiones sistémicas de la crianza de ganado en países de ingresos bajos y medios. En la opinión de estos investigadores, en sí, el consumo de la carne no es el problema, sino la producción intensiva responsable de multiplicar el impacto ambiental de la ganadería.

Comprender el verdadero impacto del consumo de carne en el calentamiento global requiere de investigaciones más completas. Particularmente, se requieren estudios y soluciones que tomen en cuenta las distintas realidades locales. A partir de información más confiable, los gobiernos y organismos internacionales pueden actuar mejor para enfrentar los retos del cambio climático.

 

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