Política agroalimentaria de México, presenta retos y oportunidades

Una ruta hacia mejores alimentos

En el Foro de Biosoluciones organizado por Arysta LifeScience el 06 de marzo de 2018 en el hotel Hyatt Polanco en CDMX, se debatieron las acciones necesarias para una política agroalimentaria en México, como también sus retos y oportunidades para una agricultura más productiva y sustentable.

Para este importante Foro, se convocaron destacados influenciadores de la economía. Participaron el ex-presidente de México, Lic. Felipe Calderón Hinojosa, Dr. César Bustamante, líder economista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y al Dr. Víctor Manuel Villalobos Arámbula, presidente emérito del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). El panel contó con Leo Zuckermann como moderador.

Acciones para una agricultura más productiva y sustentable

El coloquio en líneas generales esbozó interesantes conclusiones, las cuales se mantuvieron alineadas con tres cuestiones necesarias para lograr una agricultura más productiva y sustentable en México.

Ambiente de negocios

Quizá lo más importante es el estado de derecho. La ausencia de reglas claras generan condiciones poco propicias para producir. Felipe Calderón resaltó que los jueces tienen el deber de hacer cumplir las reglas.

En este contexto, cobra actualidad el estudio de 2014 de McKinsey 'A Tale of Two Mexicos: Growth and prosperity in a two speed economy' el cual muestra un México con dos caras, algo que no ha cambiado mucho desde la publicación de la investigación. Una cara del país es moderna, desarrollada y altamente productiva, con industrias vanguardistas en el mundo, mientras que la otra cara está rezagada. La baja productividad de la segunda arrastra a la primera y detiene el crecimiento natural del país. Algo similar a la fábula de los cangrejos mexicanos.

Innovación, educación y tecnología

Estrategias de capacitación, educación y aplicación de nuevas tecnologías contribuyen a la generación de un perfil tendiente a crear mejores oportunidades para una agricultura más productiva y sustentable. Se puede tomar el ejemplo de Nueva Zelanda con un perfil de innovación. La clave de éxito consistió en quitar los subsidios agrícolas y dedicarse a financiar la innovación.

Otro aspecto mencionado fue la falta de incentivos alineados en la distribución y cuidado del agua. Si se toma el modelo de Israel, una tierra prácticamente desértica, fue transformada de manera muy productiva en términos del agua. Existe un precio económico a los recursos naturales, algo que brinda sustentabilidad.

Un aspecto reforzador fue el impulso al fortalecimiento de financiación a los bienes públicos promovido por el BID. Las políticas de cada administración atentan con un plan de largo plazo, porque habitualmente se reinventan. El fenómeno no es exclusivo de México y aplica a América Latina. Se requieren políticas de largo plazo para trascender las administraciones. Esto brindaría un campo más rentable y en caso de aplicarse subsidios, se tendría que analizar una aplicación inteligente.

Al respecto, en entrevista exclusiva para My Press, Cesar Bustamante opina que México puede agregar valor a los productos del campo. Hoy en día se empaca en un envase fresas y otras frutas. Pero podrían contener un chocolate y de esta manera crearían un nuevo producto.

Infraestructura

Se destacó la necesidad de construir nuevas carreteras y mejorar caminos para el desarrollo del transporte terrestre pero también la ampliación de puertos para el comercio internacional. Dentro de las acciones de infraestructura fue mencionada la canalización de distritos de riego, para hacer más productiva el uso del agua y también lo importante de mejorar la cadena de frío, para conservación de alimentos de exportación.

Otro aspecto abordado fueron los problemas estructurales de atomización del campo. Más de la mitad de los 6.4 millones de productores en México tienen menos de cinco hectáreas y el 76% de la tierra se encuentra en bajo un régimen donde no hay libertad económica plena. Villalobos sugiere no pensar en la agricultura como una proveedora de materias primas, sino transformarla en un componente fundamental para el desarrollo del país.

Un caso ejemplar es Sinaloa, quien produce aproximadamente el 34 por ciento de los alimentos del país. Es un estado de clase mundial. Los estados del norte han tenido un crecimiento del producto 2.5% en los últimos 7 años. Los estados del centro 1.3 y los del sur 0.1%. Es notoria la disparidad entre regiones y se requieren políticas diferenciadas.

Para el CEO de Arysta LifeScience, el argentino Diego López, el desafío de producir alimentos sanos, es un trabajo que no se puede lograr solo desde la industria, sino se necesita de la coordinación de acciones conjuntas con la sociedad. Las acciones para una política agroalimentaria requieren organización para afrontar con éxito los retos y oportunidades.

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